La Cámara Vial Paraguaya (Cavialpa) analiza el cierre del 2025 y adelanta que el próximo año exigirá sostener el ritmo de inversión y la calidad alcanzada en las obras públicas. Su presidente, Paul Sarubbi, señala que el gran reto será no retroceder, sino profundizar lo construido.
Entrado el último mes del año, el presidente de Cavialpa, Paul Sarubbi, evaluó el desempeño del 2025 y las perspectivas para el 2026, resaltando que Paraguay avanzó gracias a la combinación de planificación, contratos activos y una sólida capacidad empresarial. Tal como afirmó, “Hay muchas obras en ejecución y se están haciendo de muy buena manera, con calidad y en plazo en la mayoría de los casos”, destacando que el aparato constructor respondió pese a los desafíos financieros.
A lo largo del 2025 se adjudicaron proyectos clave y se registraron avances en corredores viales, obras eléctricas, puentes y sistemas de saneamiento. Muchas de estas iniciativas continuarán en desarrollo, generando empleo y fortaleciendo la capacidad instalada del país. Sin embargo, advirtió que el 2026 será decisivo para sostener ese impulso, señalando que “Paraguay necesita inversión. Tenemos una brecha de infraestructura importante y no podemos relegar el desarrollo”.
Sarubbi insistió especialmente en la necesidad de garantizar la continuidad presupuestaria para las obras activas. “Por lo menos lo que está en ejecución, hagamos y cobremos. No es más que eso lo que pedimos”, expresó, subrayando que mantener la inversión pública es vital para evitar paralizaciones, impulsar capital privado y acompañar el crecimiento de sectores estratégicos.
Con expectativas moderadas pero firmes, el titular del gremio remarcó que el próximo año exigirá coordinación entre los sectores público y privado, visión a largo plazo y claridad en los objetivos. “Tenemos que sentarnos y entender bien hacia dónde queremos ir”, reflexionó.
Pese a los desafíos fiscales, Cavialpa se muestra optimista. La experiencia del 2025 demostró que Paraguay cuenta con capacidad técnica, talento humano y empresas sólidas para ejecutar infraestructura de calidad. El desafío del 2026 será consolidar ese camino y continuar construyendo el país que demanda el desarrollo económico y social.
Con información de La Nación.
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