La reciente decisión de la agencia Fitch Ratings de elevar la perspectiva de la deuda de Paraguay de «Estable» a «Positiva» ha generado optimismo en el ámbito económico. Este cambio, que mantiene la calificación en BB+, es una fuerte señal de confianza y podría actuar como un catalizador directo para dinamizar el sector de la construcción, abriendo las puertas a financiamiento más accesible y a una nueva ola de inversiones.
La mejora en la perspectiva crediticia de un país, un paso previo a la anhelada obtención del «grado de inversión», tiene como efecto más inmediato la reducción del riesgo percibido por los mercados internacionales. En términos prácticos, esto se traduce en tasas de interés más bajas tanto para el Estado como para el sector privado.
Para la industria de la construcción, el impacto es doble. Por un lado, las empresas desarrolladoras pueden acceder a créditos para financiar nuevos proyectos —desde edificios residenciales hasta complejos de oficinas y centros logísticos— con un costo de capital menor, haciendo viables iniciativas que antes eran financieramente ajustadas. Por otro, los bancos locales, al obtener fondos a menor costo, están en condiciones de ofrecer créditos hipotecarios más atractivos a los compradores finales, lo que estimula la demanda de viviendas y fortalece todo el ciclo del mercado inmobiliario.
Este fenómeno no es una mera teoría económica; ha sido observado en otros países de la región. Según análisis del Banco Mundial y diversos reportes financieros, países como Perú y Colombia experimentaron un notable auge en su sector de construcción en los años posteriores a alcanzar el grado de inversión. La mejora en su calificación crediticia atrajo capital extranjero, redujo los costos de financiamiento locales y contribuyó a un boom inmobiliario y de infraestructura que fue clave para su crecimiento económico. El BBVA Research, por ejemplo, ha documentado cómo en Perú el mayor acceso al crédito hipotecario con mejores tasas fue un pilar para la expansión del sector.
Además del impulso privado, el Gobierno paraguayo se vería beneficiado al poder emitir deuda para financiar grandes obras de infraestructura pública con intereses más bajos. Esto liberaría recursos fiscales que podrían destinarse a la construcción de nuevas rutas, puentes y hospitales, generando empleo masivo y mejorando la competitividad del país.
Finalmente, la acción de Fitch funciona como un «sello de confianza» que atrae Inversión Extranjera Directa (IED). Empresas multinacionales que buscan establecerse en la región ven a Paraguay como un destino más seguro, lo que puede materializarse en la construcción de nuevas fábricas e instalaciones, añadiendo otra capa de demanda para una industria que se perfila como uno de los grandes motores del desarrollo nacional.
Imagen de Freepik.
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